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Los alimentos ecológicos son mucho más caros… ¿estás seguro/a? Desmontando el mito

A la hora de hacer la compra, debido a las diversas circunstancias personales y/o a distintos factores, como por ejemplo el momento actual de inflación que estamos viviendo, nos vemos en el deber de escoger los alimentos más económicos, sin poder pensar en otros aspectos también importantes como el sistema de producción, su proximidad, el respeto por el medio ambiente o incluso la propia salud de las personas. En este artículo vamos a reflexionar sobre el coste real de los productos convencionales y a compararlo con el de los alimentos ecológicos certificados.

Contextualizando la situación

Aunque cada vez somos más las personas conscientes de que los sistemas convencionales de producción de alimentos de manera intensiva son insostenibles, sigue siendo una idea popular la que considera que, si un producto se vende por un precio concreto en el supermercado es porque es lo justo, entendiendo que todos los eslabones de la cadena de valor salen beneficiados, incluidos, como es lógico, los propios consumidores. Sin embargo, como veremos, la realidad nos indica que no siempre es así.

A grandes rasgos, la agricultura convencional es un modelo de producción que busca la máxima rentabilidad teniendo como base seis prácticas fundamentales: labranza intensiva, monocultivos, irrigación, aplicación de fertilizantes de origen químico, control químico de plagas y manipulación genética de los cultivos. Estos procedimientos consiguen aumentar de manera cuantiosa el volumen de obtención de alimentos.

Según el Comité de Agricultura Ecológica de la Comunidad Valenciana (CAECV), la agricultura tradicional genera un 60 % de pérdida de biodiversidad terrestre, un 33 % de suelos degradados, un 24 % de emisiones de gases de efecto invernadero y un 20 % de sobreexplotación de acuíferos.

En el caso de los alimentos ecológicos certificados, los productores con prácticas ecológicas tienen, en muchas ocasiones, una menor producción por superficie y unos mayores costes de mano de obra que no les permiten competir con el precio en el punto de venta, aún así, ofrecen un alimento de alta calidad, ajustado en su importe final, que respeta el cultivo y el entorno donde se produce.

Otro dato a tener en cuenta es que la producción ecológica y el consumo de estos alimentos puede suponer un ahorro importante de miles de millones de euros en costes climáticos y ambientales. De hecho, la Unión Europea busca que en el año 2030 el 25 % de la tierra cultivable sea ecológica, con lo cual ahorraríamos como sociedad millones de euros.

Con respecto a la situación que estamos viviendo ahora mismo de subida de precios en los productos, la inflación de los alimentos ecológicos tienen picos menores que los convencionales, por lo que los primeros colaboran en frenar el incremento de los precios, tal y como afirman desde el CAECV.

Los costes ocultos de los alimentos convencionales

“Los consumidores pagamos tres veces cuando adquirimos un alimento: al comprarlo, al pagar las ayudas que reciben los agricultores y cuando intentamos arreglar los efectos ambientales y de salud que provocan estos sistemas convencionales de producción”, explican desde la asociación de productores y consumidores ecológicos Subbética Ecológica.

Cierto es que el precio que el consumidor paga por el alimento convencional, de primeras es más barato en comparación con el de un alimento ecológico certificado, pero si le sumamos el restante de las facturas, la descontaminación del entorno por las prácticas agrícolas de un sistema tan agresivo o el gasto sanitario para paliar la baja calidad de consumir ese tipo de productos, nos encontramos con que el precio aumenta considerablemente.

Observamos también estudios que confirman que la problemática que estamos viviendo con la producción convencional va en aumento. Uno de ellos viene de la mano de la organización Sustainable Food Trust; en su trabajo El coste oculto de la comida en Reino Unido, calcularon que el coste real de los alimentos producidos convencionalmente es el doble del precio de mercado.

Una de las mayores dificultades a la que se enfrenta la producción de alimentos que predomina actualmente es el reiterado uso de plaguicidas, que provoca daños a nivel ambiental y en la salud de las personas, tal y como explicó Hilal Elver, la ex relatora de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, en un informe del año 2017.

Ecologistas en Acción, en España, alertaron precisamente sobre el alta presencia de residuos de plaguicidas que observaron en nuestros alimentos en el año 2015, una cifra que, de hecho, ya había aumentado con respecto al año anterior. La exposición que tenemos como sociedad a estos tóxicos puede desembocar, en algunos casos, en serios problemas de salud.

Profundizando en los precios, El Pa Sencer Cooperativa también realizó un estudio sobre este tema, Mapeo sobre el precio y el valor de los alimentos en Catalunya. En él, llevaron a cabo una comparativa del gasto anual de una persona que adquiere productos convencionales con otra que opta por productos ecológicos certificados. El resultado final expuso que la cesta de la compra con productos de proximidad y ecológicos no fue más cara que la efectuada con productos convencionales, sino que resultó ser prácticamente igual.

Por lo tanto, si analizamos todos los factores, al final, podemos deducir que la compra de alimentos convencionales resulta más costosa y es más perjudicial para el planeta y, por lo tanto, para nuestra salud.

En definitiva, cuando compramos un alimento convencional a un bajo precio pagamos posteriormente los costes ocultos que este lleva consigo. Sin embargo, en el caso de los productos ecológicos certificados, ya abonamos su precio al completo una vez que lo adquirimos.

Los beneficios de los alimentos ecológicos

Independientemente del debate sobre el precio, uno de los aspectos más relevantes para escoger los productos ecológicos certificados, como ya se comentó, se basa en nuestra propia salud: al producirlos sin pesticidas ni herbicidas tóxicos, resultan ser mejores para nuestro cuerpo pero, también, para el medio ambiente, garantizando así una explotación de los recursos a largo plazo, la no contaminación de acuíferos y un ahorro de agua. Además, con la agricultura ecológica se aplican prácticas sostenibles que ayudan en la economía de las comunidades locales que la practican, fijando y asegurando un futuro en la población del rural. Son alimentos que presentan mayor contenido de proteínas, vitaminas y minerales y disponen de un sello que lo garantiza, el sello de una autoridad de control, en el caso de Galicia de carácter público, como es el Craega.

Desde aquí os invitamos a que apoyéis, en la medida de lo posible, la agricultura ecológica, cultivando, consumiendo y cocinando alimentos eco para así asegurarnos un futuro lleno de alimentos limpios, saludables y de calidad.

¿Sabes identificar un alimento ecológico certificado? Descúbrelo aquí

Fuentes consultadas

| https://subbeticaecologica.com/alimentos-ecologicos-vs-alimentos-convencionales-cuales-son-mas-caros/?fbclid=IwAR04jXEK7XsssKjfbgXAt2CMVHXDG6FMMsQldThYrHAnkLpFprKXiPkn3Rc

| https://www.bioecoactual.com/2018/12/11/costes-ocultos-sistema-alimentario-mundial/

| https://www.lavanguardia.com/comer/tendencias/20220623/8360620/costes-invisibles-pagas-saberlo-supermercado.html

| https://www.caecv.com/el-caecv-desmonta-el-mito-de-que-consumir-alimentos-ecologicos-es-mas-caro/

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