En Outeiro de Rei (Lugo) se encuentra Abella Meiga, una empresa familiar dedicada a la miel y gestionada por Jara Varela y su padre. En 2015 deciden pasarse a la producción ecológica y obtienen la certificación del Craega. Conversamos con Jara sobre cómo ha ido evolucionando Abella Meiga con el paso de los años y también sobre su opinión de la producción ecológica en general.
¿Cómo nació este negocio y en qué año?
Yo soy apicultora, se podría decir, desde que nací, porque mi padre ya era apicultor y lo es desde hace más de 40 años. Decidí crear Abella Meiga hace casi unos 15 años y un tiempo después me pasé a lo ecológico. La transición no fue muy fuerte, porque el manejo que veníamos haciendo ya era prácticamente en ecológico, lo único fue que tuvimos que delimitar un poco las zonas. A día de hoy formamos parte de Abella Meiga mi padre y yo, y producimos todo en ecológico.
¿Cómo es un día normal en vuestro trabajo?
Nuestro trabajo varía mucho según el momento y la temporada en la que estemos. En invierno estamos un poco más relajados. Lo fuerte del trabajo lo tenemos en primavera y en verano. En primavera atendemos las colmenas, hacemos los trabajos de reproducción y miramos que todo esté en orden. Después viene la cosecha: lo más grueso se hace en verano, entonces a finales del verano recogemos la cosecha. Nosotros tenemos dos mieles, miel de castaño y miel de bosque: en nuestra zona es lo que se produce y esas son las cosechas que hacemos. Luego, además, producimos también cera ecológica. Esto es al final de la temporada, cuando extraemos la miel. Con esto hacemos velas y también tenemos cera en bruto.
¿Hasta dónde llega vuestra miel? ¿Dónde y cómo se puede comprar?
Intentamos llegar al consumidor final en la medida de lo posible. Tratamos de hacer nosotros todo el proceso, desde atender a las abejas hasta que la miel o la cera llega al consumidor, pero sí que trabajamos con alguna tienda pequeña y los excedentes, lo que no conseguimos vender por esa vía, lo vendemos a granel.
¿Cómo surgió la idea de cambiar de convencional a ecológico?
Desde que comenzamos nuestro manejo era prácticamente ecológico, entonces nos parecía un poco absurdo estar haciéndolo y no certificarlo de alguna manera y mostrarle al consumidor que efectivamente estábamos haciendo esa producción más sostenible. Nos parece importante —no solo en apicultura, sino en todos los productos— tender hacia eso, porque, no sé si la gente lo sabe, pero la abeja es un animal que se considera centinela de la naturaleza. Es decir, al ver las abejas y al ver la colmena, uno se hace un poco a la idea de cómo está el entorno de sano, y sí que vemos que cada vez está peor. Entonces, nos parece un poco absurdo estar trabajando en contra de lo que pretendemos.
¿Desde cuándo contáis con la certificación del Craega?
Desde 2015. Llevamos unos diez años con la certificación.
¿Por qué es importante tener esa certificación? ¿Qué beneficios os aporta?
Creemos que, con la certificación del Craega, lo que estamos transmitiendo a los consumidores es que, efectivamente, no es palabrería nuestra que nuestro producto sea ecológico y respetuoso con el medio ambiente, porque tenemos un sello que lo garantiza. Entonces, de algún modo, no tienen que fiarse solo de nuestra palabra.
¿Qué tiene de especial la miel que se produce en ecológico? ¿Hay realmente alguna diferencia con la convencional o no?
Desde mi punto de vista no tendría que haber ninguna diferencia entre la miel producida en ecológico y la convencional, porque realmente el manejo que yo considero que se debe hacer sería un manejo ecológico en todos los casos. Otra cosa es lo que ya haga cada uno a nivel particular.
¿Tenéis barreras que os dificulten el trabajo diario con el tema de producir en ecológico?
Digamos que en apicultura uno de los problemas más grandes que tenemos en ecológico es la ubicación, porque no vale cualquiera. Tiene que tener una serie de condiciones que no se cumplen en todos los sitios. Por ejemplo, en la zona en la que tengo yo la nave o en la que vivo, no se cumplirían las condiciones. Entonces, eso ya es un problema. Después, también tenemos trabas, sobre todo con las enfermedades de las abejas. No se pueden utilizar los mismos productos que en convencional y las eficacias de esos productos no son las mismas. Entonces, suelen tenerse más bajas y las abejas requieren de más cuidados: son unos costes añadidos que a veces la gente no los ve.
¿Hay algo que os gustaría que mejorase en el proceso de obtención de la certificación?
Todas las facilidades son bienvenidas. Quizás un poco el asesoramiento, alguien más especializado en nuestro campo, porque, al menos cuando empecé, no había una especificación de apicultura. Sí que veo que va habiendo pequeños avances, pero al principio no se tenía, por ejemplo, una guía específica para la apicultura, y ahora sí que veo que poquito a poco se va avanzando en ese sentido.
¿Por qué la gente debería consumir productos ecológicos?
Yo creo que la gente debería consumir en ecológico porque, para mi manera de entender la vida, es lo razonable y lo lógico. Si no, digamos que estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado, estamos destruyendo nuestro entorno y nuestra vida, porque consumir productos que están llenos de fertilizantes, de pesticidas y que están dañando el medio ambiente, para mí no tiene sentido.
«Yo creo que la gente debería consumir en ecológico porque, para mi manera de entender la vida, es lo razonable y lo lógico»
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere comenzar un proyecto en ecológico o, como en tu caso, que ya lo tiene en convencional y quiere pasarse a ecológico?
Pues que tiene que estar muy seguro o segura, porque realmente es difícil. Hay que ponerle muchas ganas.
¿Cuáles son vuestros planes a futuro? ¿Mejorar, mantenerse como estáis, cambiar en algo…?
A futuro sí que nos gustaría, por lo menos, mantener lo que tenemos. Al final somos una empresa familiar e intentamos llegar a los consumidores finales, no pretendemos tampoco un crecimiento excesivo, porque no tenemos tiempo al querer hacer todo el ciclo, pero sí que queremos mantenernos y que la gente nos conozca y nos pueda consumir.